jueves, 31 de diciembre de 2009

Feliz pre-tarde/noche-de-fin-de-año.

No quiero que te vayas por la puerta de atras, dejándola abierta.
Sin hacer ruido, tal y como llegaste. Sin encender si quiera la luz por miedo a ser descubierto.
Pisando de puntillas, para no dejar huella al andar, y unicamente por las alfombras. Temblando al pensar que el tocadiscos podía ponerse en marcha con un leve suspiro que diese la abuela.
No quiero que desaparezcas como todos los buenos recuerdos, que alces el vuelo justificandote con que se trata de uno de los buenos propósitos del nuevo año.
El final y el comienzo los separa tan sólo un día de la semana. y este año ha caido en jueves.
Las fotografias han quedado sobre la mesa, el carrete caido en el suelo, juanto a las zapatillas de casa, el gorro de dandi en el perchero, la gabardina raida en el sofá y las parejas de mus dentro de la copa de champán. Pero no hay anillo ni ningún objeto de oro.
La suerte, si viene, no necesita alicientes.
Otra cosa es, que, como cada año, tengamos el honor de verla aparecer....

lunes, 21 de diciembre de 2009

"algo que se besa y sabe amargo..."

Realmente aun no tengo la respuesta de porqué las hojas caen de espaldas.
Camino por senderos lejanos, senderos que se pierden en el recuerdo.
Recolecto trocitos de sonrisas de rebajas, dibujo imágenes en el aire.
Fotografío miradas.
Me pierdo entre la multitud de pensamientos que cruzan las calles de nueva york, rio, bombai, paris, venecia, barcelona, parma, viena, bilbao, londres....
El invierno nos sorprendió desnudos a las tres de la madrugada.
El repartidor de deseos ha cerrado por vacaciones.
Las ruinas de la vasija de cristal inundan la estancia.
Todo quedó empañadp por las rutinas de otro tiempo.


- Si, buenos días. Deseaba una taza de té.
- Pero, dime, ¿qué tipo de té? ¿quieres un té caliente, que te haga olvidar? ¿un té sabroso que te haga querer? ¿un té intenso que te haga recordar los buenos momentos? ¿o quizás un té sabor a "todoaquelloquevendrá" ?
- Es una dificil decisión
- Todas las decisiones lo son. Pero en el fondo lo dificil no es decidir, sino aceptar que, decidamos lo que decidamos, es probable que siempre lleguemos al mismo sitio...

".... Algo que se besa y sabe amargo
Es mi boca seca, nada que beber.
Oh Pobre corazón.... que no sabe que decir
Si te vas por lo que soy
O por lo que nunca fui.
Hay caminos que hay que andar descalzo
Ya no te preocupes más por mí
Siempre me entra arena en los zapatos
Esta vez me quedo aquí... "

martes, 15 de diciembre de 2009

Cúspide de cristal.

La luz entra con más fuerza desde la ventana,
tu sombra, tu alma,
tú.

El invierno acaricia los resquicios de primavea,
te moldea, te acaricia, te susurra.
Perfila tu cuerpo
te da alas para crecer tal y como eres,
para alzarte,
magnífica ilusión,
contrasentido ético.

Te inundan fragmentos de otra partitura,
te describen poetas errantes,
vagabundos desorientados,
bohemios,
artistas.

Inspiración de otro tiempo,
cúspide de cristal.
Noche desnuda entre las calles de Paris.

Quiero encontrarte en mis recuerdos,
en el lugar exacto en el que te abandoné.

martes, 8 de diciembre de 2009

Estaciones

La niebla se adentraba desde el valle, inundándo cada rincón. el trajín de maletas, personas y aromas conformaban el todo que hoy recuerdo en mi memoria. el andén, como cada martes, se encontraba abarrotado. los trenes entraban y salían en una arquitectura de principios del siglo XX. Por un momento tuve envidia de todo aquel esplendor, de la elegancia de cada recodo, de cada señora, de cada abrigo de piel gastada, de cada luz y de cada mirada. La eterna Baiona.

- he venido aquí cada tarde, ha buscarte a la estación.
- no soy yo quien tiene la palabra de aparecer, son otros los que deciden. ya estoy aquí, y eso es lo que importa.
- al fin, Invierno...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Flashes.

Flash, una imagen: un mono bailando en el jardin, días felices, días mejores, días de lluvia bajo las estrellas.
Flash: ella corriendo descalza por el pasillo, volviendo la cabeza y sonriendo como solo ella sabía hacerlo.
Flash: un poeta fuma café en las estanterias de un callejón abandonado.
flash: corres, vuelas, huyes, te alejas de mi. te alejas de todo lo que conociste, de todo por lo que luchaste. aqui, incluso te alejas de todo lo que quisiste ser y no fuiste. todo se confunde entre las sombras...
flash: un coche rojo cruza mi mirada, un gorro rojo, una paloma, una cometa.
flash: las muñecas de trapo con las que nunca llegue a jugar.
flash: él, él, siempre él. lejano. él. él. él...
flash: aun no asimilo que ya no estes. la luna tambien va a echarte de menos. pero no quiero retenerte. vuela, estes donde estes ahora, estaras mejor que aquí. sencillamente gracias, por hacer que el final fuese tan bello, y por dejar que te tocase la guitarra. aun escucho las notas en mi cabeza "fa re do re la do si fa sol re sol si.... la sol la re fa mi sol si do mi sol...."
flash: final. muerte. adiós.
flash: un niño indio saluda agitando su pequeña manita desde un tren que corre mas de lo que pueden volar mis pasos....no le alcanzo, se pierde, no....


adios, abuelo.

te quiero.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Aviones.

Desde el puente rojo cuelgan las piernas de dos mujeres que charlan, perdiéndose sus risas en la noche.
la velocidad de los coches surca la avanzada bajo ellas.
Todos siguen con su vida, el mundo continua con sus particularidades, con su prisa y su rutina.
Y los aviones aún circulan por el cielo, haciendo, inexplicablemente, que el puente rojo tiemble a su paso.
Las cosas ganan en importancia cuanto más se habla de ellas. Y los problemas son sencillamente unos de los 6.900 pensamientos que se nos pasan diariamente por la cabeza. El pianista y su batería acompañante nos dieron conversación para rato. y sin embargo aquí seguimos, hablando sobre unos zapatos nuevos... de charol, por supuesto. En nuestra burbuja de silencio.
Echo de menos aquel tiempo en el que me gustaba caminar sin paraguas, beber coca-cola y el futuro era sólo un supuesto.
Lo siento, me he pasado al café.
Les ruego acepten mis disculpas.

domingo, 1 de noviembre de 2009

3 musas.

Qué fácil es tratar de usted a los desconocidos.
Y me gustaría decir todo esto en francés. Pero la vida es así de caprichosa.





Mi querida Jaqueline,
te escribo ahora que no me quedan fuerzas. Ahora que la noche se ha llevado consigo las últimas luces que me mantenían con vida. Se que ya no queda mucho tiempo, lo presiento. Es ese aroma que describen tantos pero que no sabes como es realmente hasta que llega. Y cuando llega, lo reconoces, por supuesto, es inconfundible.
Ahora, en mis ultimas horas, me gustaria confesarte lo inconfesable, lo que nunca te dije, lo que siempre guardé para las largas conversaciones con la almohada.
Septiembre de 1970. No, quizás 1971....
Las cosas estaban jodidas para todos y tu te dedicabas a recoger rosas del jardín, porque siempre decías que los pétalos decoraban tu cuaderno de poesía. En realidad no escribías, todo era una apariencia. Querías ser la poetisa que no eras. Y pensaste que nadie lo sabía. Pero yo lo leí en tus ojos desde el primer momento. Era inevitable. Acabaste fumando, bebiendo alcohol barato y enseñando tu cuerpo cada viernes por la noche. Y yo lo sabía todo y fui lo suficientemente cobarde como para guardármelo....
No se si recibirás esta carta, o será como esas novelas a la deriva en botellas de cristal recorriendo paraísos desconocidos.
Sencillamente, te echo de menos. París no es lo mismo sin tí. Noviembre ha perdido su fantasía, y el arte de las pequeñas sonrisas de alelí quedó oculto en las tinieblas de otro tiempo.


Hasta siempre, mi pequeña musa.

domingo, 25 de octubre de 2009

Qué fácil ser elegante....


Te movías por la calle, con tus aires de elgancia de dandi de otro tiempo, le recitabas versos a la lluvia, y a las mujeres afroditas que algun dia te dedicaron una sonrisa. Robabas fotografías de los viejos escaparates, fumabas tabaco de liar que encontraste en el cajón de la mesilla, humedo, y aunque no pueda caducar, seguramente caducado. Hacías malavarismos en la cama, (al fin y al cabo, tu fuiste quien convirtió el sexo en un arte...). Mirabas siempre de espaldas, y analizabas la musica que nunca llegaste a escuchar. Siempre me pregunto como llegaste a parar a mi ventana....


"Cada día...que sale el sol salgo a verte."


Eres poesía.

jueves, 22 de octubre de 2009

"Un día quiero dejar el mundo entero..."

Las calles estaban mojadas, el día había amanecido frío. Los oches aún tenían restos de helada, de noche, de ayer.
El movimiento callejero se acrecentaba con las primeras luces del día.
Idas, venidas, rápido, lento, velocidad, ruido, mañana, actividad, tráfico.
Todo se concentraba en la mañana que comenzaba a nacer. La vida iba surgiendo.
Una familia se daba un beso de despedida, una mujer encendía un cigarrillo, en la calle de aquella esquina una pareja terminaba de hacer el amor. Todo estaba en marcha.
Pero, en medio de aquel caos, como un punto detenido en la nada, como un silencio, estaba él. Sentado en las esaleras de un portal solitario. Pensando que quizás no debería haberse bajado tan rápido del ritmo de aquel mundo que funcionaba al doble de velocidad.
La prisa se había apoderado de la gran ciudad.
Nadie había reparado en él.
Nadie....excepto yo, que, sentada en el alfeizar de la ventana, inspiraba el aroma del café recién hecho, que tanto sabía a lunes por la mañana, y me dejaba llevar, por la mirada de aquellos ojos marrones verdosos, que, como cada mañana, se habían quedado en su burbuja.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Semáforos de invierno.


Aún llovía a cántaros cuando dejé el paraguas seco sobre la mesa.
Siempre lo llevaba de acompañante y nunca llegué a utilzarlo.
Olía a tabaco, a alcohol y a recuerdo. Pero recuerdo que aquella casa en sí estaba impregnada de todo aquello.
El piano de cola estropeado por el tiempo había sido tapado completamente por fotografías pegadas, y, al lado de él, dejándose llevar por los sonidos de la tarde, bailaban dos bailarines.
El invierno llegó sin avisar, con la nueva moda de los paraguas rojos, con los tacones excesivamente altos de señora y los semáforos en ambar.
Descorché una botella. Al menos merecía la pena brindar, por el concierto de las 12.

Era lunes por la tarde.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Irresponsabilidades a parte...


Los susurros de la brisa se colaban por la ventana, las luces de la noche iluminaban tu rostro, respirabas a intervalos regulares que llegué a medir pero de los que ya no me acuerdo.
Nunca te gustó demasiado que fumase...
La calma de la noche se apoderaba de la habitación, creando un ambiente de paz en mis pensamientos. Quién me lo iba a decir, la música desde luego que siempre lo tuvo oculto.
Los tatuajes del recuerdo me desvelan ahora esas cosas que no llegué a entender.

Volví a tumbarme, hacía frío, y necesitaba que me dejases entrar un poco en tu burbuja.

De mientras, la noche, el mundo, seguían su curso.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Vino barato.


Esperaba en la barra del bar nocturno a alguna mujer que decidió no aparecer.Con su habano regalado y el sombrero descansando al lado del Whisky a medio beber. El jazz envolvía el local, entre el humo y los delirios de grandeza del camarero. Fragancia de escalera de diamantes, de sexo facil, de vino barato, de viernes noche, de pasos de baile. No fue dificil adivinar que buscaba un poco de compañía.Como cada noche, me acerqué a él y me senté a su lado, y , como cada noche, él se levantó y se fue, dejando su nota habitual:
"Champagne para tres, a las doce en punto".

martes, 1 de septiembre de 2009

Decadencia.

Me pregunto si alguna vez vendras a recoger tus cartas a final de verano.
Si pasaras por la calle en ruinas del recuerdo, y llamaras a la puerta del portal de timbre afónico.
Como la bicicleta que descansa en el portal en ruinas, y recuerda a dias pasados, y mejores. siempre mejores.
No te disculpes, no hace falta que aparezcas para preguntarme si me apetece bailar a las 5 de la mañana.
Ya sabes mi respuesta. siempre salgo si hay estrellas....


"Aunque no lo puedes decir, me quieres, a veces."

martes, 25 de agosto de 2009

Al bajarme de cada escenario.


"Pero como explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario..."


Me encontré recordando a un desconocido a las 4 de la mañana en una habitación vieja de una pensión de Berlín.

Solo le vi una vez. Fue un desliz, una luz, un instante, segundo, velocidad, cruce, calles. Y solo se quedó en mi memoria aquella mirada que contaba una historia con cada parpadeo. No se a donde iba, ni de donde vino, ni como llego a mi.

Salí de la ducha, me vestí e hice las maletas. Noche, suspiros de desesperanza. Si el mundo se detuviese en cada mirada... bajé por las escaleras, el ascensor estaba parado por una pareja que hacia dentro el amor. Y allí, abajo, detenido, esperaba el desconocido, con un cigarrillo caido en el borde de sus labios y una rosa en la mano.

Los sonidos de la guitarra desafinada del hombre que tocaba blues en la barra llegaban desde lejos. Con aroma a viernes por la noche, a reencuentro, a rosas.

- Perdone, señorita, busco a una mujer que hace tiempo supo leer una historia en mi mirada. Digale que quiero que me la cuente con sus labios en mis labios.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Despedida.


Él esperaba en la casa, sentado en el sofá. En silencio, a osucras, a la luz de las farolas de la acera de enfrente. Olía a cristal roto y a copa vacía, a discusión, a tabaco mojado, a bombilla fundida, a jueves por la tarde. Ella. El bolso en la entrada y las rosas marchitas. "¿No te dije que tenias que regar?" pero más bien era un "No me dejes sola esta noche, hoy no". A lo lejos se oía la llave en la cerradura de algún otro portal. Él le acarició el rostro, el cuello, los hombros. Y ella se dejaba llevar, entre besos de disculpa al amparo de la noche, entre amor de madrugada.


A veces no es necesaria la palabra adiós en una despedida.

martes, 18 de agosto de 2009

Alcoholizados.


Caminaba por una carretera, lejos, sola. Con las luces del atardecer iluminando los recuerdos de la primavera ya marchitos. El alcohol y el humo de las noches pasadas aun corrian por las venas, con sabor a rock and roll. Pero cada paso era un mundo y cada mundo era un trozo de otra realidad que se fue de viaje al infinito. Los deseos se le escapaban entre los dedos de las manos.

- Corre, joder, corre. ¿No ves que a ti tambien te persigue? Tu tampoco puedes escapar.

- No quiero escapar. Quiero dejarme llevar en el tiempo.

viernes, 17 de julio de 2009

musica para nocturnos.


El murmullo de las sonrisas se adentraba hasta la cocina, envolviendo todo en el almibar de las felicidades pasadas, los sabores terracota de las noches sin final, como aquella, al calor del fuego de la triste cocina, que habia vuelto a ser rehabilitada. Las quejas de los vecinos no sirvieron para nada, la musica, en todo su explendor, seguia sonando y viajando por las cañerias. El jazz de los poetas muertos, que, por una noche, se volvieron a reunir. Aun escucho en mi cabeza las voces de aquellas conversaciones que ya quedan lejos.... en la noche infinita, la inmensidad de las estrellas, los besos sin final. cuando la decadencia de la vieja ciudad quedó abandonada en el tiempo. musica de cañerias.

jueves, 9 de julio de 2009

El fotógrafo de atardeceres.


El marco era perfecto. La luz, el ángulo, la inspiración.Los sabores que desprendía aquel paisaje, los olores, las historias. Hacía tiempo que no se encontraba con una fotografía así. Y sin embargo las lágrimas no cesaban de fluir por su rostro. La melodía de los días pasados. Optó por darse unas vacaciones en las cuestiones importantes. Clic. La imagen quedó guardada. Apagó la cámara y recogió el trípode. ahora ya solo quedaba experimentar...experimentar con aquella imagen, para conseguir el elixir de la luz solar que encerraban cada una de sus fotografías. Él. El fotografo de atardeceres.

domingo, 5 de julio de 2009

el vendedor ambulante.


- ¿Quieres un trozo de sueño?- preguntó Evert a la niña que le miraba con los ojos abiertos.

- Depende. ¿a cuanto están este año?

- La crisis ha hecho que suba el precio de los sueños cumplidos. El precio de un trozo de sueño asciende a 1584 estrellas fugaces con 99 lágrimas.

-No tengo tanto ¿No podrías hacerme un descuento..?

- Lo siento, lo único que puedo darte por menos de ese precio es una pesadilla.

- No, gracias. Eso lo tengo sin comprarlo. Una vez robé una sin querer.

jueves, 25 de junio de 2009

sueños.


aquí. con el destello de las últimas estrellas. como cada día. "al otro lado de la carretera"
la noche se lleva consigo los últimos suspiros de desesperanza. los sueños cantan una nueva partitura. todo es posible. lo posible, lo probable, lo improbable y lo imposible. aquí eso se pierde, deja de importar. son un juevo entre las olas, las mareas y la luna. quiero sobrevivir viviendo. déjame volar esta noche. déjame besar. déjame amar entre las sábanas teñidas de sueño.

miércoles, 17 de junio de 2009

Preámbulo.



¿No sientes el cosquilleo entre los dedos de los pies?
Camino perdida entre el murmullo de la noche
en el remanso de paz de los dias lentos y pausados,
de la mujer que parada esquiva los coches,
el tráfico,

las luces,

la velocidad.
Madrid, Nueva York.
Alguna de las grandes ciudades.
Infancias de burdeles sub-desarrollados,
alucinaciones locas.
De noches de placer, de nicotina.
Y de nuevo ritmo pausado.
Lentitud.
La nada nunca llegará a ser más que un preámbulo del vacío.
[experimentado quizás...

martes, 9 de junio de 2009

Romanticismos.


Sí. perdimos. perdimos porque nos quedamos en todo aquello que no importa. porque pudieron con nosotros los pequeños detalles, porque no supimos ver nada más, ni siquiera quisimos adentrarnos. perdimos por querer ser grandes cuando nos tocaba ser pequeños, por intentar volar con alas de papel, como Ícaro, cerca del sol. Perdimos, por querer vivir despacio, en un mundo en el que todo va al doble de velocidad. perdimos. perdimos por querer soñar, por una noche, que el mundo aún podía ser romántico.

domingo, 7 de junio de 2009

El vaivén de los papeles amarillos.


Ir, venir, volver, llegar, amar, lllorar, reir, mirar, soñar, sentir, vivir.

Las sonrisas de los dulces besos de las noches de alelí.

Recuérdame que no olvide los detalles del tiempo.

Del tiempo que corre, que vuela.

Enséñame a ser mariposa.

Forma parte de mí, envuelve, desenvuelve, crea.

Sé obra de arte, sé beso, sé promesa. Sé estrella en las noches demasiado oscuras en las que el humo del cigarrillo contrasta con la negra inmensidad.

Rie, sonrie. Saca al viejo explorador que abandonaste en la infancia. Al inventor de las formas de las nubes, que jugaba a hacerme feliz.

lunes, 1 de junio de 2009

Libres.


El traqueteo de las sonrisas que siempre suenan al andar.
Tú. yo. La mujer de los suspiros frente al hombre de las viejas promesas.
Una canción, un baile. Un salto de acantilado, que rompe el aire, que llega al mar.
Libres. Como palomas al viento.
Como luces.

Como respirar.

sábado, 30 de mayo de 2009

El caos de los atardeceres de domingo.


Era una tarde de omingo. El café estava frio sobre la mesa, una única taza, una cucharilla, sobre un mantel gris. Como ella. La cocina blanca en una casa demasiado grande, y demasiado vacia.

El reloj marcaba las 8 y 10. El mundo estaba en silencio. Ella, en un intento de evadirse de esa soledad diurna, había bajado a sacar a su perra, Blanca (pura, como la nieve). Tenía una cita con su única sonrisa: los preciosos atardeceres de verano, rojizos-anaranjados.

Cerró la puerta de un portazo. Nadie iba a molestarse en entrar.

Pasó por delante del banco. Vacío. (y parecía que iba a ser por toda la eternidad).

De pronto, algo distrajo su atención. A lo lejos otro perro y su dueño rompían con el silencio de la calle.

Intercambiaron una sonrisa y una mirada. Después, cada uno siguió con su camino, hacia un nuevo atardecer.

Pero a ella le invadió la nostalgia. Los recuerdos. Las imágenes. Otros. Tantos. "NO".


Las semanas iban pasando, y el tiempo se iba llevando consigo las últimas gotas de lluvia.

Su estudio, lleno de fotografías, de cuadros viejos y poemas rotos, era el reflejo de una época mejor. Cuando la inspiración aún le visitaba descalza cada noche. Con las últimas notas de su guitarra (ahora desafinada, y abandonada en un cajón).

Cada día se encontraba con el dueño del perro solitario. Poco a poco, había empezado a formar parte de su vida aquel encuentro. Aquella sonrisa fugaz. Y sospechaba (pero sólo vagamente, porque no podía confirmarlo) que él había cambiado sus horarios para sacar a pasear al perro. Inevitablemente coincidían, e, inevitablemente de nuevo, esperaban cada día con más deseo aquel encuentro. Pero siempre en silencio. Nunca hablaban.


Otro domingo por la tarde.

Ella, aquella que se propuso odiar al amor cara a cara, se encontraba mirandose al espejo antes de salir por la puerta. Aquella tarde llovía. Y no pudo evitar una sonrisa. A lo lejos, se encontraba su dueño solitario. Y se acercaba directamente a ella. No llevaba a su perro. Ella se sintió estúpida con Blanca ladrando a sus piés. La lluvia mojaba cada rincón de su cuerpo. Resvalaba por su rostro, y más...

- ¿Y tu perro?

- No era mío. Sólo lo he tenido por un tiempo. Y no tengo ninguna excusa para explicarte por qué estoy aquí. Eran las 8 y 10. No he podido evitarlo.


Llovía. Aún, y todavía con más fuerza. Ella se acercó y le abrazó. Levantó la cabeza y él se acerco, y, lentamente, la besó. Después, una eternidad después, ella se separó, y echó a correr. Lejos. Rápido, sin dirección. Sólo huyendo de todas las palabras que se agolpaban en su cabeza. Blanca corría detrás, sin entender. Ladrando.


Los días pasaron y él no volvió. Los trenes, cuando se van, no vuelven a su punto de partida. Las 8 y 10 empezaron a convertirse en una tortura. En la parte más dolorosa de la rutina diaria.

La casa, aún vacía, el caótico estudio, las paredes blancas de la cocina. Las flores marchitas y el humo del cigarrillo que, apoyado en sus labios, llevaba su esencia hasta la ventana. El sonido de la lejana música que llegaba desde el salón. El reloj marcaba las 8 y 10 y ella seguía en casa. Se había propuesto no salir, no ir a ese lugar donde ya nadie esperaba.

Las 8 y 15. Y 20.

Cogió las llaves y salió por la puerta. Hacía muchos días que había perdido la esperanza. El tren ya estaba lejos. Se había ido. Pero no pudo evitarlo. El tiempo pudo con ella. Blanca se había quedado en casa.

Bajó a la calle y cerró los ojos mientras caminaba. El viento enredaba sus cabellos. El cielo era hermoso, el final del atardecer y unas nubes que amenazaban lluvia. Abrió los ojos, y , mientras se acostumbraba de nuevo a la luz distinguió, a lo lejos, una silueta. SU silueta. No estaba en el lugar de siempre. sino varias calles a la derecha, sentado al pie de las escaleras. Volvía a casa después de haber desistido esperando en el lugar de su cruce. Ella no se lo pensó dos veces, echó a correr y cruzó sin mirar la avanzada. Entre los coches que corrían veloces. Pero,cuando ya estaba a varios metros de la acera de enfrente, un coche que venía a toda vlocidad imapctó con ella. La fuerza de un ciclón frente a una hormiga. El mundo había dejado de girar. Y, después, inmediatamente después, comenzó a girar de nuevo, a una velocidad vertiginosa. La mitad de la calle se había quedado en silencio. La otra mitad estaba histérica. El tráfico parado. Conductores bajando de sus vehículos para ver lo que había sucedido. En el suelo, una mujer, un charco de sangre y un reloj de pulsera que marcaba las 8 y 25. Cuando, a lo lejos, el reloj de la ciudad daba las campanadas de las 9. Él. Paralizado. Inmóvil. Rompió su quietud y echó a correr hacia ella, entre las ambulancias ya inecesarias y la masa de curiosos. Había comenzado a llover. Poco a poco con más fuerza. Mucho. Tanto. Él la cogió en sus brazos. La abrazó, intentando retenerla aquí. Junto a él. Viva. Le besó en la frente mojada por la lluvia. Y entonces vio el reloj. Las 8 y 25 pasadas.


- El mundo seguirá girando. Seguirá lloviendo los domingos por la tarde. El tráfico seguirá su curso y en ningún lugar dejarán de hacer el amor. Los relojes de pulsera analógicos seguirán atrasandose inevitablemente. Pero echaré de menos no poder leer todo esto en tus ojos.


El tiempo y el amor matan. Lentamente. Pero merecerá la pena haber vivido para ellos.

martes, 19 de mayo de 2009

luces de neón.


Luces, veloces, por toda la ciudad.
Con un cielo seminocturno,
algo anterior a la luna de verano.
Tráfico.
Coches que corrían, que volaban.(se cruzan, se paran, infringen, corren, frenan, giran...)
Todo me rodeaba, situada en frente de una rotonda.
En un día como otro cualquiera,
vagaba sin ningun destino en especial.
Crucé la carretera en un momento en el que el tráfico se había despejado.

Entonces lo ví.

Llegaba con el coche blanco a la rotonda, viejo, destartalado.
Frenó en seco.
El tráfico se había detenido.
El mundo había dejado de girar.

Me había visto.

Sólo quedábamos él y yo en la rotonda, inmóviles.
Conteniendo emociones contenidas.
La vida había detenido su curso para regalarnos ese instante. Siempre recordaré esa mirada, marrón, verde, intensa....
Después, y demasiado rápido, el mundo prosigúió su marcha. El coche arrancó y se alejó, hacia un nuevo amanecer. Yo me quedé allí, parada, mientras el tráfico reanudaba su curso, veloz, mientras los coches me esquivaban.Terminé de cruzar la calle, y mientras una lágrima surcaba mi rostro, me dejé perder, de nuevo...

...entre las luces de la ciudad.

lunes, 18 de mayo de 2009

Silencio nocturno.


Ideología de bolsillo.
"Lucha de gigantes"
Un duelo entre la razón y lo que la acompaña.
El recuerdo de una lágrima derramada por un niño corriendo por la playa de mi infancia.
"Me da miedo la enormidad...donde nadie oye mi voz"
El eco de un sentimiento enbotellado.
Tres luces en la distancia y un suspiro.
Suspendidos en la nada...
....suspendidos.
Deja que esta noche te cierre los ojos, vida.