viernes, 23 de septiembre de 2016

Arena

Qué somos
cuando no queda más que viento rozando en la cara
viento, rozando en la cara.

Trepa el dolor por las paredes y el contorno de las entrañas se tinta de azul
quedan, en mis dedos tus dedos, en mis labios tus labios,
en mi vientre tu pecho, en mi pecho tu espalda
en mi espalda la nada,
y el silencio
aparece de pronto
para llenar de blanco el recuerdo del recuerdo de ser,
una misma cosa:
polvo;
una misma cosa:
nada.

Y después el viento
trayéndome el reflejo de tu reflejo en mi mirada:
polvo;
y después la nada.

Tan sólo el eco que produce el chocar
de la arena contra la arena
del silencio contra la cara.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Nadando al sol

Estoy sentada en el suelo y las paredes reflejan las olas
hay tantos pasados que se entremezclan
haciéndome sentir agradecida
que la vida a veces se me olvida
y me quedo en las paredes
nadando al sol


.


lunes, 5 de septiembre de 2016

es septiembre

Es septiembre y parece verano pero ya no.
Barcelona es otra siempre que vuelvo,
respira nueva en el relevo entre los turistas idos y los turistas de vuelta
lista para volver a estallar un año más, frenética;
para volverme a estallar un año más.

Pero aún
aún hay tiempo para disfrutar de la luz
que deja el sol sobre las azoteas semidesnudas
porque quizá no queden más
no haya ningún aún
y aún, esa es una verdad que me libera.

Quedan atrás el mar, la locura de agosto,
los trenes, las noches, los mosquitos, otras ciudades
los dialectos políticos en futuro imperfecto.

Esta es una ciudad que me enamora en boomerang.
No hay forma de alejarla ya de mí. Siempre vuelve.

El final del verano me calma.

Onírica, la realidad se ensancha:
es septiembre y toca caminar
ya sin la cesta llena de migas
hacia lo desconocido.