y el hogar un concepto inasible para el que ya no queda lugar,
cuando las nociones de punto de partida y retorno se difuminan allí,
en los márgenes últimos de la historia,
y cada paso es un proceso de adaptación a un nuevo universo ingrávido,
la nostalgia aflora para instalarse,
como un séptimo sentido que todo lo distorsiona.
Promotora de inspiraciones imperecederas,
convierte el viaje en poema infinito
de versos encabalgados y rimas etéreas;
y al viajero, en poeta de la memoria:
los verbos en pasado son su arma más mortífera
y el recuerdo tras la muerte,
su única victoria.
.
Amaia Miranda