ELLA: Perdone, ¿ha visto usted a la dama de rojo?
LA MUJER DEL BALCÓN: Depende.
ELLA: ¿Podría decirme en qué dirección se fue?
LA MUJER DEL BALCÓN: Depende.
(Ella sacude la cabeza y decide seguir adelante... hasta que escucha, de pronto, el leve agitar de unos zapatos de charol corriendo. Una mano que se posa en su hombro, una sonrisa al volver la mirada. Entonces lo entiende, lo comprende, el sentido de su viaje, y de las verdades que buscó desde su partida. Siempre habían estado allí, junto a ella.)
LA MUJER DEL BALCÓN: ¿Tanto te has perdido en tu búsqueda interna, que ya no sabes reconocer que la dama de rojo... eres tú?
(Ella sonrie.)
ELLA: Te he echado de menos Martina.
(las dos mujeres se funden en un abrazo.)
FIN del último acto.
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