lunes, 30 de abril de 2012

Susurros

Nunca llegamos a ser totalmente conscientes de aquellos días de invierno tardío en los que nos adentrábamos en el bosque y les susurrábamos a los árboles..
Aún hoy, en la lejanía, se me vuelven tan irreales y etéreos, que se confunden con la niebla que solía entrar en el valle cada tarde y lo inundaba todo de incertidumbre y magia.




¿Que qué les susurrabamos, me preguntas?
Es sencillo: todo aquello que no fuimos capaces de confesarnos a nosotros mismos...

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