martes, 15 de diciembre de 2009

Cúspide de cristal.

La luz entra con más fuerza desde la ventana,
tu sombra, tu alma,
tú.

El invierno acaricia los resquicios de primavea,
te moldea, te acaricia, te susurra.
Perfila tu cuerpo
te da alas para crecer tal y como eres,
para alzarte,
magnífica ilusión,
contrasentido ético.

Te inundan fragmentos de otra partitura,
te describen poetas errantes,
vagabundos desorientados,
bohemios,
artistas.

Inspiración de otro tiempo,
cúspide de cristal.
Noche desnuda entre las calles de Paris.

Quiero encontrarte en mis recuerdos,
en el lugar exacto en el que te abandoné.

No hay comentarios:

Publicar un comentario