La soledad es ese leve vatir que remueve el agua negruzca, para después posarse sobre la madera vieja.
La soledad es la luz amarilla que desde la ventana férrea ilumina a la señora cansada que moja sus labios de café infinito.
La soledad es también la imagen de la lectora ausente que, con "Compañía" de Beccket en sus manos, observa a la mujer vetusta de sonrisa frágil.
La soledad es la mañana en el café pausado, que con dedos temblorosos es asido por la vida.
.
Amaia Miranda
No hay comentarios:
Publicar un comentario