martes, 13 de mayo de 2014

Tan sólo un mirar

Es a veces un mirar,
un descubrirse.
Un conocer, que todo aquello que fue puede volverse de pronto para mostrarte la identidad de lo incoloro.
Y puede gritar,
así,
insertado en el monólogo interior de un lunes por la tarde,
que las golondrinas ya han llegado desde África.

Y fíjate.

Es a veces un mirar,
un descubrirse.
Yo no era aquella que se representaba en el subconsciente de los escaparates,
de un color violáceo como las nubes.
Y sin embargo son ahora los espejos retrovisores del escarabajo aparcado en la esquina los que devuelven el brillo de todo un pasado glorioso.
Quién te lo diría, a ti. A ti precisamente.
A ti vestido largo de amapolas, a ti ensoñación y encuentro.

Es a veces un mirar,
un descubrirse.
Para asimilar, con gusto, que todo sigue allí.

Allí donde lo dejaste la última vez...

Tan sólo un mirar,
un descubrirse.


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Amaia Miranda

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