Rojo sobre el agua.
La imagen con la que sueño cada vez.
Me despierto y todo es sangre
y no puedo borrar la quietud poética
del rojo sobre el agua
de la luz expandiéndose en hexágonos declamatorios.
Del rojo sobre el agua.
La imagen es siempre la misma
y se repite, en verde, rojo y naranja
como un flash que no puedo apartar de la memoria consciente de la retina
(parece contener en sí misma la respiración del universo,
tan violenta y tan en calma).
La imagen con la que sueño cada vez.
Adquiere movimiento, y yo, desde mi perspectiva, giro sobre mis pies a velocidad vertiginosa,
como si la contemplase desde un tren móvil en manos de la incertidumbre.
Pero al final llega una última sacudida
y todo se detiene:
el farolillo se apaga
y la sangre se derrama roja sobre el agua.
El grito se escucha, a lo lejos, y yo me despierto, aquí, en la celda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario