miércoles, 23 de septiembre de 2009

Irresponsabilidades a parte...


Los susurros de la brisa se colaban por la ventana, las luces de la noche iluminaban tu rostro, respirabas a intervalos regulares que llegué a medir pero de los que ya no me acuerdo.
Nunca te gustó demasiado que fumase...
La calma de la noche se apoderaba de la habitación, creando un ambiente de paz en mis pensamientos. Quién me lo iba a decir, la música desde luego que siempre lo tuvo oculto.
Los tatuajes del recuerdo me desvelan ahora esas cosas que no llegué a entender.

Volví a tumbarme, hacía frío, y necesitaba que me dejases entrar un poco en tu burbuja.

De mientras, la noche, el mundo, seguían su curso.

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